Terra Madre Salone del Gusto 2024, el evento insignia de Slow Food, moviliza comunidades de todo el mundo alrededor de la agroecología.
Del 26 al 30 de septiembre en el Parque Dora de Turín (Italia), Terra Madre Salone del Gusto 2024 movilizará las energías de los 3000 delegados y activistas de Slow Food procedentes de más de 120 países que se reunirán alrededor de la agroecología.
El evento bienal internacional más grande dedicado a políticas alimentarias, agricultura sostenible y medioambiente está organizado por Slow Food, la Región de Piamonte y la Ciudad de Turín . Desde el primer encuentro de la red de Terra Madre, el evento ha diseñado diferentes futuros, concienciando sobre las elecciones diarias alimentarias de los individuos, apoyando y promoviendo los esfuerzos colectivos de las comunidades, y abogando por mejores políticas alimentarias tanto de las instituciones públicas como privados. Esta edición se centrará en reestablecer y reforzar la relación entre los humanos y la naturaleza.
El alimento representa el vínculo entre la naturaleza y la cultura: Slow Food, a través de Terra Madre, pretende mostrar los pasos a seguir e iluminar un camino hacia una relación más sana con la naturaleza mediante el alimento. Nuestro alimento nos reconecta a la tierra, al suelo y al mar, pero también es una pieza fundamental de nuestras identidades.
GRÁFICOS QUE NOS INSPIRAN...
Cada ser humano es, como todos los seres vivos, sólo un pequeño componente de la vasta red de relaciones que es la naturaleza.
¿Ser o poseer? Ha llegado el momento de abrir los ojos y reconocer que no poseemos la naturaleza, sino que somos naturaleza. Por tanto, nuestra tarea es vivir en armonía con el resto del mundo natural, cuidándolo como él nos cuida a nosotros. Debemos aprender a vernos no sólo como seres humanos, sino como “seres de la naturaleza” y a imaginarnos como realmente somos: elementos integrados de un ecosistema planetario.En el concepto gráfico de Terra Madre 2024 curado por Undesign , los seres de la naturaleza se agrupan en cuatro ecosistemas, cada uno representado por un color diferente.
El azul representa los seres marinos/oceánicos , cuya presencia se puede percibir en los movimientos de los pequeños peces que se lanzan entre los sinuosos corales. Incluimos entre estos sistemas marinos y acuáticos todos los proyectos dedicados a la pesca sostenible, desde el Mediterráneo hasta el Mar del Norte y el Caribe, y a la gestión de mares, océanos, ríos y lagos. Hacemos hincapié en las aguas y los paisajes marinos como bienes comunes en riesgo, y destacamos la necesidad de desarrollar áreas protegidas y apoyar el trabajo de las comunidades costeras, con especial atención al Mediterráneo. También hablaremos de cómo cada uno de nosotros puede asumir la responsabilidad de la salud de las aguas del planeta reduciendo la contaminación y los residuos.
El verde es el color del ser del bosque, cuyo rostro se puede ver en las plantas, árboles y animales de las montañas. El ser del bosque vive en las colinas y en las tierras altas donde los productos de montaña son los protagonistas: mieles de montaña, quesos de pasto, raíces y tubérculos (desde nabos hasta papas andinas), cereales y legumbres de altura (como garbanzos, amaranto y teff), panes elaborados con harinas cultivadas en altura (centeno y espelta, por ejemplo), hierbas silvestres, castañas, manzanas, café e incluso agave del Altiplano mexicano. Productores y expositores de los Alpes europeos dialogan con los de los Andes y los Apeninos, los Pirineos y el Cáucaso, para demostrar que los sistemas de gestión del territorio y de cría —incluidas las terrazas, los pastos de montaña, los andenes del Perú y la milpa mexicana— representan oportunidades para reanimar las economías de los territorios de montaña en respuesta y frente a crisis como la despoblación, la inestabilidad hidrogeológica y el declive del pastoreo y la agricultura.
El naranja representa al ser de llanura , que vive en campos de cereales que se balancean suavemente. Las llanuras y las tierras bajas son el lugar donde se enfrentan más directamente dos paradigmas agrícolas en conflicto: por un lado, los monocultivos y la agricultura intensiva del modelo industrial; por otro, las granjas diversificadas y a pequeña escala que simbolizan la regeneración. Proponemos la agroecología como la solución a los problemas de las llanuras, desde la expansión de la agricultura intensiva hasta la desertificación, los monocultivos y toda una serie de problemas relacionados. Además, Slow Food cree que reducir el consumo de carne y promover sistemas de cría sostenibles que tengan en cuenta el bienestar animal son las mejores soluciones a la crisis de deforestación causada por la producción ganadera industrial.
Por último, el rojo es el color de la ciudad , que encontramos en las abejas, los árboles, los jardines comunitarios y en un elemento simbólico del Parco Dora, las columnas rojas de la zona de desmonte donde se alzaba la siderúrgica Fiat, icono de la siderurgia del siglo XX. Las ciudades no pueden quedar excluidas de una comprensión y representación ecosistémica del mundo por la sencilla razón de que, hoy en día, más de la mitad de los ciudadanos de la Tierra vive en áreas urbanas, y esta proporción va en aumento. Debemos centrar nuestra atención y nuestros esfuerzos en las ciudades, que, por un lado, plantean problemas ambientales y sociales cada vez más evidentes, pero, por otro, son potencialmente los lugares más innovadores del planeta, donde podemos devolver valor y propósito a estructuras y espacios que han caído en desuso, buscar nuevos modelos de convivencia y desarrollo urbanos, encontrar formas de mitigar el cambio climático y trabajar juntos para reducir nuestro consumo colectivo e individual.
Delegación Colombia
Dedication. Expertise. Passion.
Les presentamos a cada uno de las (os) integrantes de la delegación Colombiana.